POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 180

La UE y China: ¿Qué hay en juego para España?

Europeos y chinos enarbolan la bandera del multilateralismo pese a los obstáculos mutuos al comercio y la inversión bilateral. Para España, la relación con China es aún tarea pendiente.
Alicia García Herrero
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La Unión Europea y China son dos economías gigantescas –la segunda y la tercera del mundo–, muy próximas a la de Estados Unidos. En lo que a apertura se refiere, superan claramente a esta última con unos volúmenes anuales de comercio internacional de bienes y servicios de 15 billones de euros y 4,75 billones en 2015, respectivamente. Tras el giro del gobierno estadounidense hacia una política proteccionista, la UE y China han empezado a enarbolar la bandera de un multilateralismo basado en normas. No obstante, en el camino hacia esa meta se interponen obstáculos tanto históricos como recientes.

En los últimos años, muchos líderes empresariales europeos están viendo en las empresas chinas una fuente de competencia desleal. Al mismo tiempo, los competidores emergentes chinos restringen los rendimientos de las inversiones europeas en su país. La propiedad pública sigue siendo una característica destacada de la economía china que genera preocupación en la UE en lo que a acceso al mercado y a competencia desleal se refiere. Por su parte, China piensa que la UE limita y discrimina sin razón a sus empresas públicas. De manera más general, parece claro que el modelo económico chino no va a converger con el europeo en el futuro próximo.

Tras la crisis financiera y la prolongada fase de austeridad económica en la mayoría de Estados europeos, los gobiernos de la UE tienen menos apoyo político para defender unos tratados comerciales que se puede pensar que van a provocar nuevos trastornos a corto plazo en determinados sectores de las economías nacionales. Más bien se enfrentan a sentimientos populistas y a partidos políticos que sostienen que la globalización está en la base de la tensión social, la inseguridad y la desigualdad económica crecientes. Además, aunque el modelo de bienestar social de la UE está más desarrollado que…

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