POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 186

Hugh Thomas en la presentación de 'La Guerra Civil española" en 1977. ISABELLA THOMAS

El laberinto del historiador

La biblioteca de Hugh Thomas es testimonio de las convulsiones de Europa en el siglo XX, así como reflejo de valores y proyectos hoy amenazados: la reconciliación, el aperturismo intelectual y la construcción europea.
Isabella Thomas
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Mi padre instaló su biblioteca en el sótano de la casa que teníamos en el oeste de Londres, donde vivió durante más de medio siglo. La biblioteca ocupaba la vieja cocina victoriana, la despensa y los pasillos; las pilas de libros se apretaban unas contra otras. Festoneaban las columnas de volúmenes curiosidades adquiridas a lo largo de intrépidos viajes: una extraña piraña disecada, un juego de máscaras africanas y, enmarcadas y colgadas en uno de los pocos espacios vacíos en la pared, un par de cubiertas de libros de Hugh Thomas, mi padre.

Su colección de libros es el legado de un hispanista apasionado, al que interesaron todos los recovecos de la Historia española y también, más tarde, de Cuba, México y otros países de América Latina. Sus intereses fueron siempre demasiado amplios como para ceñirse a una única era de trágicas guerras. Así pues, esa biblioteca es también el testamento de un interés inabarcable por la Historia de Europa en general, interés que apuntalaba una identidad europea en sentido amplio. De una de las paredes cuelga un folleto enmarcado de la campaña Escritores por Europa, que él inició con ocasión del primer referéndum celebrado en Reino Unido sobre la pertenencia a Europa, en 1975. Ese folleto hoy solo es un triste recuerdo del viejo entusiasmo por la idea europea que reinaba entonces, al menos entre las élites intelectuales británicas. Más de 200 literatos e intelectuales británicos firmaron un manifiesto pidiendo el voto a favor de seguir perteneciendo a la Comunidad Económica Europea.

Ahora que el gobierno británico se embarca en otra etapa crucial de conversaciones en torno al Brexit, hemos de plantearnos de nuevo dónde alojar la extensa biblioteca, que suma unos 20.000 volúmenes. La coincidencia, puramente personal, de tener que embalar todo este valioso acervo de documentos históricos…

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