POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 13

Política internacional en los años ochenta

Felipe Sahagún
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Esta ha sido una década de profundos cambios en la vida internacional. Las superpotencias han visto reducido su poder frente a grandes y medianas potencias. La Unión Soviética ha comenzado una “revolución sin tiros”, cuyo alcance es aún incierto, pero que está obligando a revisar todos los postulados de la guerra fría. De mantenerse, la “perestroika” puede acabar con la división de Europa.

Japón ha hecho valer su primacía económica y financiera, y se ha convertido en el principal competidor de Europa y los Estados Unidos en los mercados internacionales. Sus reducidas inversiones militares en relación con el producto nacional bruto y el éxito de su revolución industrial de los setenta, en respuesta a la crisis del petróleo, han convertido a Japón en una superpotencia económica en los ochenta.

El Tercer Mundo, nunca un bloque unido, se ha dividido aún más entre los siete leones de acelerado crecimiento de Asia y dos continentes, África y Latinoamérica, hundidos en la deuda exterior y la pobreza. La brecha que separa a ricos y pobres se ha ensanchado.

En su última cumbre en Belgrado, en septiembre del ochenta y nueve, los No Alineados, movimiento formado hoy por cien países y dos organizaciones, la OLP y el SWAPO, comenzaron la búsqueda de una nueva identidad. E1 final de la guerra fría y la superación del conflicto Este-Oeste les ha dejado sin enemigo contra el que declararse “no alineados”. Su gran temor hoy es que la distensión en el Norte desvíe la atención de los países ricos desde el Sur hacia el desarrollo del Este y que los acuerdos de desarme en el Norte aceleren las exportaciones al Sur de armas convencionales.

A pesar de su deuda, o tal vez condicionados por ella, la mayor parte de los países latinoamericanos han iniciado el camino de…

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