POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 9

Un lugar confortable en la ‘casa europea’: las relaciones RFA-URSS

Jean-Paul Picaper
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Una cierta euforia se adivinaba en él discurso-balance pronunciado por el canciller Kohl ante el Bundestag el 9 de noviembre tras su viaje a Moscú. El canciller hizo entre otras afirmaciones, las siguientes: “La época de la confrontación pertenece al pasado” y “Nunca desde la guerra fueron tan favorables las posibilidades de progreso de las relaciones Este-Oeste”. “Tras las confrontaciones de la guerra fría y los fracasos de los años del llamado estancamiento, apostamos por el comienzo del diálogo y de la cooperación que permita al Este y al Oeste concentrarse en unas metas futuras comunes, llevar la justicia a los pueblos del Tercer Mundo y construir un futuro de paz para todos los países y pueblos.”

Se podría pensar que era un comentario universitario al texto de Emmanuel Kant sobre la paz universal. ¿Es este discurso puro producto del idealismo, creador de espejismos y de adhesión, o análisis realista portador de esperanza para el futuro? Recordaba las palabras de Ronald Reagan sobre la eliminación total de armas nucleares. O ciertos comentarios de Mitterrand a su vuelta de Moscú. ¿Han sido nuestros más prudentes hombres políticos hechizados por él, inteligente Gorbachov o se limitan a seguir a la opinión pública? Esta parece inclinarse, a velocidad cada vez más vertiginosa, hacia el lugar al que parecen querer conducirla las relaciones públicas soviéticas, que no, sólo trabajan en las cumbres, sino también en lo más profundo, mediante mil ramificaciones puestas a punto tras un paciente trabajo que ha exigido décadas.

La ofensiva de seducción del número uno soviético aprovechó el tiempo muerto de las elecciones americanas para construir los cimientos de la “casa europea”. En menos de dos meses recibió sucesivamente al canciller austriaco, al presidente del Consejo italiano, al canciller Helmut Kohl y al presidente Mitterrand, para convencerles de que se…

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