Lenín Moreno y Donald Trump durante un encuentro en la Casa Blanca el 12 de febrero de 2020/CASA BLANCA

Ecuador: la suerte está echada

A tres años de la primera vuelta de las presidenciales de 2017 y a poco más de uno para saber si el actual presidente, Lenín Moreno, optará a la reelección, el panorama político arroja mucha incertidumbre.
David Molina Romo
 |  26 de febrero de 2020

El 28 de febrero del 2021 es la fecha en la que podría proclamarse nuevo presidente en Ecuador si este supera al menos el 40% de la votación. El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la convocatoria a elecciones generales, lo que pone en marcha la maquinaria electoral y el establecimiento de las fechas clave para los comicios. En caso de que hubiere una segunda vuelta, se realizaría el 11 de abril. Además, está convocada la elección de asambleístas nacionales y provinciales y parlamentarios andinos. A tres años de la primera vuelta de las presidenciales de 2017 y a poco más de uno para saber si el actual presidente, Lenín Moreno, optará a la reelección, el panorama político arroja mucha incertidumbre. Moreno ha tenido que capear lo peor de la caída de los ingresos fiscales derivados de las exportaciones del petróleo, que ha dejado a Ecuador en una situación delicada en lo económico. El colofón ha sido la firma del Acuerdo de Servicio Ampliado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para tratar de estabilizar la balanza fiscal.

La gestión de las protestas sociales de octubre de 2019 tampoco ha ayudado a mejorar la valoración del presidente, que en febrero del 2020 ha obtenido nada menos que un 92% de desaprobación a su labor y una credibilidad de menos del 10%. El ascenso en las elecciones generales del 2017 del Partido Social Cristiano (PSC) en la Asamblea Nacional, coloca en primera línea al exalcalde de Guayaquil, Jaime Nebot e incluso a la actual alcaldesa Cynthia Viteri. La popularidad de ambos en Guayaquil, principal ciudad costera, podría llevarles a una candidatura presidencial que podría prosperar gracias al voto de la costa.

Por su parte, el correísmo vive momentos bajos. El caso Sobornos en contra de Rafael Correa continúa adelante, dificultando aún más el retorno del expresidente a Ecuador. Sus cargos más cercanos o están cumpliendo condena en prisión o solicitaron asilo político en México o se encuentran en otros países de la región, por lo que la postulación de alguna figura cercana a Correa con ciertas garantías de éxito, se complica. Por último, para Guillermo Lasso esta podría ser su tercera candidatura presidencial. Sin embargo, el juego de bloques dentro del sistema político ecuatoriano apunta a que su movimiento, CREO, tendría que concurrir a la convocatoria electoral en una amplia alianza de derechas si quiere garantizar la presidencia.

 

Radiografía de un país que sigue buscando su norte

En lo político, la ruptura de la alianza entre el bloque oficialista de Moreno y el movimiento CREO de Lasso en la Asamblea Nacional a raíz de las diferencias respecto al inicio de juicio político en contra de la presidenta del CNE, pone en riesgo la agenda legislativa del gobierno, al perderse al menos los 18 votos de CREO y la frágil mayoría que mantenía Alianza PAIS de Lenín Moreno.

No obstante, la situación económica del país es uno de los principales problemas que aquejan a Ecuador en la actualidad. Según los datos que maneja el Banco Central ecuatoriano, las proyecciones de crecimiento económico durante los próximos cinco años se estancarán entorno al 2%, en tanto que la inversión pública, uno de los principales motores económicos del país, pasó de máximos cercanos al 60% de la inversión total en 2013 y 2014, a un 40% en 2019.

La reciente visita del presidente Moreno a Estados Unidos, donde mantuvo un encuentro con Donald Trump parece apuntar a un espaldarazo de los organismos crediticios internacionales (FMI, Banco Mundial), a las políticas de austeridad y recortes de Moreno, y de paso, alcanzar acuerdos preferenciales en intercambio comercial. Con todo, las protestas de octubre del 2019 aparcaron momentáneamente las reformas fiscales de mayor impacto entre la población, como son la eliminación de los subsidios a los combustibles y el gas doméstico. Y estas constituyen el punto de conflicto para cualquier gobierno que trate de reducirlos o quitarlos. Entre las soluciones que se barajan figura una disminución gradual de estos subsidios, quedando la incógnita de si serán reformados antes del 28 de febrero de 2021 o seguirá siendo un asunto pendiente.

En lo relativo a la judicialización de la “década ganada”, el caso Sobornos 2012-2016, implica a un gran número de destacados funcionarios (tales como el ex secretario de la presidencia, Alexis Mera, o Jorge Glas, vicepresidente de Correa) y al propio Rafael Correa, en un entramado que solicitaba dinero a grandes empresas (entre ellas el gigante brasileño Odebrecth) a cambio de la adjudicación de contratos del Estado. Hasta el momento el poder judicial ha rechazado las recusaciones de la defensa de Correa y se espera que antes de finalizar el año se dicte sentencia, complicando una posible candidatura del expresidente.

 

Desafíos políticos

Ecuador necesita reformas al Código de la Democracia más allá de modificar puntualmente elementos del sistema electoral tales como el tamaño de las circunscripciones o la estructura de las listas. Se imponen reformas de mayor calado, como la puesta en funcionamiento de un verdadero mecanismo de control en la elaboración de los planes de trabajo de los candidatos que aseguren su efectiva implementación y no documentos meramente discursivos. Y es que durante el periodo de la administración de Lenín Moreno, es notoria la falta de un sólido plan de gobierno que oriente las políticas públicas, aunque los escasos márgenes de inversión con los que cuenta el sector público del país limitan en gran medida la ejecución de actividades en beneficio de la ciudadanía.

Igual de importantes son las reformas que buscan consolidar un modelo profesional de administración pública que destierre progresivamente la influencia de la política en la designación de cargos públicos y el fenómeno de spoils system (tráfico de influencias) en los niveles seccionales de la administración. Consolidar la gobernabilidad en los niveles locales es otra de las necesidades que pusieron de manifiesto los comicios locales de 2019 y que deberían someterse a un análisis. En ciudades como Quito o Cuenca se impusieron candidatos a la alcaldía que reunieron menos del 30% de la votación, generando serios problemas de gobernabilidad y la amenaza de iniciar el mecanismo de revocación de mandato contemplado en la normativa, al año de la elección.

Asimismo, es imprescindible reformar el control de los medios de comunicación, tan controvertido durante el periodo correísta además de impulsar un cuestionamiento a las reformas al sistema judicial que lo hacen permeable a las influencias políticas, y en general, el fomento de nueva cultura política en el país, que genere una mayor confianza hacia la institucionalidad. Los hechos de octubre del 2019 hicieron tambalear seriamente los cimientos institucionales de Ecuador, pero el país debe mirar al futuro y aceptar la alternancia política como parte de su cultura política a través de las convocatorias electorales.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *