Morales, durante su última visita oficial a Israel, en noviembre de 2016. Las relaciones bilaterales entre ambos países toman la forma, mayoritariamente, de becas del gobierno de Israel para guatemaltecos y de cooperación en materia de seguridad. GETTY

Guatemala en la cuerda floja

Juana Margarita Guerrero Garnica
 |  8 de enero de 2018

El 6 de diciembre del año pasado Donald Trump anunció la decisión unilateral de Estados Unidos de reconocer Jerusalén como capital de Israel, y el consiguiente traslado de la embajada de EEUU a dicha ciudad. Dos semanas después, un pequeño grupo de países, entre ellos Guatemala, dieron su apoyo a esa decisión y el 24 de diciembre el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, anunció que también la embajada guatemalteca en Israel sería trasladada a Jerusalén. Todo ello, pese al rechazo abierto del resto de países del mundo.

La historia entre Guatemala e Israel no es nueva. Podemos tomar como punto de partida la conformación del Estado de Israel, aceptado como tal por la ONU en 1947 con el voto decisivo de Guatemala: faltando solo dos votos, EEUU anunció su voto a favor, seguido poco después por Guatemala. A partir de entonces, Israel ha reconocido a Guatemala como “país amigo”. Las relaciones bilaterales entre ambos países han tomado la forma, mayoritariamente, de becas del gobierno de Israel para guatemaltecos y de cooperación en materia de seguridad.

¿Y la relación entre Guatemala y Palestina y el bloque de países árabes? En 1947, la propuesta debatida en la ONU era crear y reconocer también el Estado de Palestina, cosa que no ocurrió. En 2011, cuando se volvió a discutir dicha propuesta en Naciones Unidas, Guatemala dio señales de querer apoyar con su voto la propuesta, pero finalmente se abstuvo de votar. En 2013, sin embargo, y de nuevo ante la ONU, Guatemala anunció que reconocía a Palestina como un Estado libre, independiente y soberano.

Y es que las consecuencias para Guatemala por el traslado de su embajada a Jerusalén pueden ser desastrosas, sobre todo en materia comercial. Guatemala es el principal productor de cardamomo a nivel mundial y, asimismo, uno de los principales productores de café. Ambos productos son comprados, en su mayoría, por países del bloque árabe que apoyan a Palestina en sus conflictos políticos y territoriales con Israel.

Ya en 1994, Guatemala anunció el traslado de su embajada en Israel a Jerusalén y se retractó poco después, a la vista de las consecuencias económicas que implicaba la decisión. Los países árabes amenazaron con cortar las relaciones comerciales con Guatemala y se calculó que ello afectaría por lo menos a 350.000 familias guatemaltecas, constituidas en pequeñas productoras-exportadoras de cardamomo. La economía guatemalteca no tenía margen de maniobra.

En estos momentos, las proyecciones de producción de cardamomo en Guatemala para 2017 son de unas 25.000 toneladas, con un valor aproximado de 300 millones de dólares. Entre sus principales compradores están Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Pakistán, Bangladesh, Egipto y Jordania, entre otros países. De trasladarse la embajada guatemalteca a Jerusalén, las pérdidas económicas afectarían por lo menos a 45.000 pequeños productores de cardamomo. Otros procutos que se verían afectados, además del café, serían el azúcar y las golosinas.

 

No solo es la economía

Más acá de las consecuencias económicas de dicha decisión, deben analizarse las razones de política exterior del gobierno guatemalteco. Y hay que recordar que, junto a Honduras y El Salvador, Guatemala es uno de los países que conforman el Triángulo Norte, ante el cual EEUU ha retomado con fuerza (y endurecido) sus políticas de prevención en materias como el narcotráfico, el tráfico de armas, la migración y la trata de personas.

Asimismo, durante los últimos tres períodos de gobierno en Guatemala el gobierno de EEUU ha apoyado las acciones de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Entidades y personas que conforman la elite política, así como sus familiares, se han visto inmersas en varios procesos por corrupción. Con el cambio de gobierno en EEUU, parece que las decisiones del gobierno de Guatemala buscan calmar la tensión entre ambos países. De ahí algunas malas decisiones en política exterior, como la de la embajada en Israel, tomadas sin tener en cuenta las consecuencias políticas y económicas para el país.

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