POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 7

Alemania y el juego soviético

Alexandre Zinoviev
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El presente es la realización del potencial del pasado. Y el futuro es la realización del potencial del presente. Para juzgar el estado actual de Alemania hay que recordar los grandes acontecimientos de su pasado reciente. Y para juzgar el papel futuro de esta nación es necesario estudiar sus tendencias actuales. Los papeles que representan los actores de la historia no dependen de ellos mismos. De- penden también de la escena histórica, de los organizadores del espectáculo, de la reacción de los espectadores. Para juzgar el papel histórico de Alemania debemos contemplarla como un partícipe en el espectáculo de la historia al que se ha permitido –digamos mejor, impuesto– un papel claramente definido.

No voy a hablar aquí del pasado remoto de Alemania. Me limitaré a los acontecimientos de los que yo mismo he sido testigo. Se ha considerado a Alemania generalmente culpable del desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial. ¿Pero ha sido la única culpable? Si Alemania hubiera ganado la guerra, otros países, incluyendo Francia e Inglaterra, hubieran sido considerados responsables de la apertura de las hostilidades. En realidad, la Segunda Guerra Mundial nace de un esfuerzo común de las grandes naciones industriales, aunque toda la responsabilidad haya sido aplicada a Alemania, y esto último también gracias al esfuerzo de poder. Observemos cómo los líderes alemanes que provocaron la guerra, del mismo modo que los políticos occidentales de aquellos años, han abandonado la escena política desde hace bastante tiempo, mientras que el peso de esta responsabilidad abruma todavía al pueblo alemán, sobre todo a las generaciones que nada tienen que ver con el comienzo de la guerra.

Cabría siempre blanquear, si se nos permite un juego de palabras, a los demás países occidentales, descargándoles de su responsabilidad en el desencadenamiento de la guerra. Gracias, sin embargo, a los esfuerzos…

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