POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 147

Argentina entra con YPF en el club de las NOC

Fernando Barciela
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Repsol ha sido la última víctima de la tendencia de los Estados a controlar sus recursos energéticos a través de la creación de una National Oil Company (NOC). Queda por ver si Argentina podrá, al menos, igualar los logros obtenidos por YPF en los últimos 13 años.

 

Se veía venir. Pese a que algunos comentaristas han atribuido la aparentemente inesperada decisión de Cristina Fernández de Kirchner de expropiar YPF –en la que Repsol tenía el 51 por cien– a una maniobra encaminada a paliar en parte la gestión económica de su gobierno, la espada de Damocles pendía desde hace años sobre Repsol. La idea de recuperar lo que los argentinos llaman “soberanía energética” aparecía y desaparecía dependiendo de las coyunturas políticas del país.

 

Sea porque, como se dice, algún alto ejecutivo de Exxon Mobil le habría dicho a Fernández que “la explotación del shale gas de Vaca Muerta no era tan cara como decía Repsol (lo que habría enfurecido a la presidenta) o porque está convencida de que no hay otro modo para aumentar las reservas y la producción petrolera de Argentina que no fuera tomando el poder en YPF, lo cierto es que ella y su marido, el expresidente Néstor Kirchner, fallecido en octubre de 2010, nunca ocultaron su deseo de estatalizar o renacionalizar YPF. Tampoco es casual que haya tomado la decisión unos meses después de saberse que en 2011 Argentina había tenido, por primera vez en mucho tiempo, un saldo negativo en su balanza exterior energética, de 3.438 millones de dólares. Si a todo ello añadimos las dificultades económicas del país y el nacionalismo de un pueblo que nunca aceptó la venta de YPF a Repsol, tenemos el cuadro completo de lo que ocurrió…

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