POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 155

Cuatro artículos sobre Alemania

Editorial
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Europa está en crisis y, de nuevo, el continente mira hacia Alemania, el país que determinó la historia europea en el siglo XX y continúa como referente en el XXI. En la primera mitad del siglo pasado, esa mirada continental estuvo cargada de temor y furia; en la segunda, de alivio, respeto; en estos momentos, parece haber una mezcla de acato, admiración y despecho. Alema­nia y Europa están condenadas a entenderse, porque otras opciones, ya probadas, son impracticables. Sin embargo, la urgencia de ese imperativo político es relativa, según el prisma nacional.

Que la República Federal se debe a Europa lo sabían Konrad Adenauer, Ludwig Erhard, Kurt G. Kiesinger y Willy Brandt. No lo olvidan Helmut Schmidt, Helmut Kohl y Gerhard Schröder. Y no deja de tenerlo presente Angela Merkel, la última de los ocho cancilleres que desde 1949 han gobernado Alemania. La República de Weimar vio pasar a 13 cancilleres en poco más de 13 años. El siglo XX ha enseñado a los alemanes a desconfiar de todo, también de sí mismos. Pero pocos tienen hoy dudas sobre la inseparabilidad de estos dos conceptos: Alemania y Europa.

Política Exterior dirige su mirada al país llamado a liderar la Unión Europea, un hegemón tímido, en palabras de Diego Íñiguez, que celebra unas elecciones en un clima de extraña normalidad, con la crisis europea en segundo plano. Merkel parece imbatible, aunque no es descartable otra gran coalición como la de 2005-2009. Coalición que tendría la estabilidad y la mayoría precisas para dar algún paso europeo relevante, aunque Íñiguez advierte de que no se debe esperar demasiado en ese terreno, coto de la canciller, cuya cautela y capacidad de espera suelen exasperar a casi todos.

¿Cabe ser optimista sobre la actitud alemana hacia el proyecto europeo? Jochen Thies habla de una Alemania…

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