AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 35

El arte, un arma democrática

Susanna Tobeña
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En el mundo interconectado, las imágenes y su repercusión pueden convertirse en el reflejo del espíritu del pueblo y en lema bajo el cual un colectivo se identifica.

La cultura es tan intrínseca a los hombres que a menudo es difícil describir el fuerte poder que ejerce en ellos. Es un poder imperceptible en tanto que subconsciente pero, al mismo tiempo, capaz de despertar una fuerza reconocible y palpable en un colectivo. La cultura es la construcción social que más humanismo desprende debido a la capacidad de emancipación que concede al hombre; en este sentido, las revoluciones en los países árabes han sido la manifestación más humanista de la última década.
El denominador común que dio pie a las revueltas fue el clamor por la dignidad y la libertad. Sin embargo, favoreciendo y acompañando esta lucha, se percibía la influencia de una cultura compartida entre los ciudadanos de los países árabes que les ha brindado el ímpetu necesario para que como pueblo, se unieran y lograran su propósito: la emancipación de sus opresores…

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