POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 9

El modelo español de participación en la Alianza Atlántica

Jaime de Ojeda
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En las reuniones ministeriales del Comité de Planes de Defensa y del Consejo Atlántico de 1 y 8 de diciembre pasado, respectivamente, culminó en la OTAN el proceso de aprobación de las Directrices Generales para el desarrollo de los Acuerdos de Coordinación entre los Mandos Supremos de la OTAN y las autoridades militares españolas.

De esta manera queda prácticamente terminado el desarrollo de los nueve puntos de 20 de mayo de 1986 en que se cifraron las modalidades de nuestra participación en la Alianza, siguiendo los términos del Referéndum de 12 de marzo de ese año y concretamente el correspondiente a su primera pregunta: una contribución militar realizada fuera de la estructura militar integrada.

Esto nos permite ahora volver la mirada hacia atrás para examinar el camino recorrido y distinguir, de manera teórica, las características del modelo de participación en la Alianza Atlántica que hemos ido desarrollando pragmáticamente a lo largo de los últimos seis años.

Desde las elecciones de 28 de octubre de 1982 hemos pasado por dos fases bien definidas. La primera comenzó con la revisión de nuestra presencia en la Alianza, que anunció formalmente el entonces ministro de Asuntos Exteriores, don Fernando Morán, en el Consejo Atlántico de 9 de diciembre de 1982 y terminó en la celebración del Referéndum. La segunda fase ha consistido en el desarrollo de sus términos y ha culminado con la aprobación de las Directrices Generales. Una tercera fase comienza ahora con los Acuerdos de Coordinación que estas Directrices regulan, así como con la correspondiente definición de nuestra participación en el Programa de Infraestructura y en el Presupuesto Militar, y en los nuevos sistemas de comunicaciones, control y mando aéreo que se están des- arrollando en la actualidad.

 

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Durante la primera fase, la representación de nuestro país en la…

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