AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 41

Entre sucesión y revolución

Matthieu Rey
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A pesar de que con frecuencia se cuestiona su existencia, por no decir su legitimidad, los Estados árabes se han impuesto progresivamente en la escena regional.

Los Estados árabes, que a menudo son objeto de burla por ser inventos o importaciones occidentales, sobre todo en Oriente Próximo, se han impuesto progresivamente en la escena regional. Sin embargo –y los análisis sobre la crisis siria serían uno de los últimos epígonos– su existencia, por no decir su legitimidad, se cuestionan con frecuencia. El objetivo aquí es entender al mismo tiempo de qué manera y por qué razón han podido mantenerse unas estructuras estatales en unos territorios y cómo han podido enfrentarse a los desafíos de las dos últimas décadas, pero también en qué se han visto afectadas por los recientes acontecimientos.

Precisemos en primer lugar lo que entendemos por Estado antes de analizar sus particularidades en el contexto de Oriente Próximo. El Estado, que es un conjunto de instituciones creadoras de organización y de símbolos, se impone como depositario de la legitimidad en la escena internacional por medio del control que reivindica sobre un territorio. Si hay que distinguirlo del régimen como forma de gobierno y de distribución específica de poderes, el Estado se manifiesta a través de los regímenes. Por tanto, habría que analizar la durabilidad de estas construcciones, en un momento de revoluciones que podrían destruirlas, cuando las estrategias de sucesión dominaban la interpretación que se realizaba de estos Estados. Un planteamiento genérico tiene que permitir entender las épocas de construcción y de transformación.

 

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