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España y Alemania después de Niza

Ramón de Miguel
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De nuevo, desde una publicación como Economía Exterior se aborda una cuestión clave para la comprensión y el análisis de los grandes retos que esperan a los europeos en el futuro inmediato, y se me ofrece la oportunidad para exponer algunas reflexiones. En este caso, el tema no podía ser de mayor actualidad: las relaciones entre España y Alemania después de Niza.

Antes de entrar en materia, quisiera subrayar la enorme trascendencia que en sí tiene el tratamiento del asunto, porque su enunciado ya indica el decidido protagonismo que los españoles hemos asumido en la construcción europea. Hablar de Alemania en Europa siempre ha sido una manera de abordar las cuestiones de mayor calado en el proyecto europeo, sin embargo, los españoles no estamos tan acostumbrados a participar en los grandes debates de la arquitectura europea. Pero el hecho de que en estas páginas se analicen las relaciones entre Berlín y Madrid después del Consejo Europeo de Niza es una muestra del compromiso y el papel que España ha asumido en la Unión Europea.

Hay, además, algo que une a España y a Alemania en el proyecto europeo, y es la conciencia de la nueva dinámica que introdujo en nuestras identidades, y de lo que representa Europa para el futuro de nuestros países. Y precisamente porque tanto alemanes como españoles estamos convencidos de la importancia de la integración europea, compartimos un decidido protagonismo en su formulación.

En el decisivo momento de la construcción europea, ante los retos de la ampliación y de la profundización y desarrollo del compromiso europeo, las relaciones entre España y Alemania se enmarcan en el esfuerzo común por seguir construyendo Europa, desde el respeto de la rica diversidad que la historia nos ha legado y la ilusión por la realización de un espacio común europeo cada…

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