POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 3

Gorbachov y su ‘nueva política’

Hans-Dietrich Genscher
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De Europa, de todo Occidente, se piden decisiones que incidirán en los tiempos venideros; decisiones que son más profundas de lo que aún muchos suponen. La República Federal de Alemania tendrá que contribuir a estas decisiones y asumir su papel influyente.

Hay que tomar decisiones trascendentales dentro y por la Comunidad Europea. Ha llegado por fin el momento de dejar a un lado los nacionalismos actuales, que velan tan sólo por unos estrechos intereses, para que Eu- ropa se convierta en una unidad con capacidad de acción, única forma de asegurar la autoafirmación política y económico-tecnológica de nuestro continente en el mundo del mañana. Por esa razón, la cooperación germano- francesa constituye el eje fundamental de este reencuentro europeo. Es la hora de preparar a Europa para afrontar el futuro.

Dentro de toda la Comunidad occidental se exigen de igual modo de- cisiones de gran responsabilidad:

Los europeos, igual que los norteamericanos y los japoneses, deben asumir su responsabilidad ante la economía mundial. Deben reducir los enormes desequilibrios en la balanza comercial y asegurar el futuro del libre comercio mundial, sobre el cual descansa nuestra prosperidad común, ata- cando enérgicamente los problemas del endeudamiento y del sistema monetario. Esta responsabilidad por la economía mundial no debe consumirse en un espíritu de contradicción recíproco. La cooperación es necesaria. Debemos lograr que el sistema económico mundial resulte idóneo en los años venideros. Pero, además, los europeos y los norteamericanos deben avanzar, dentro de la Alianza del Atlántico Norte, en su camino hacia aquel objetivo que en 1963 había formulado «el presidente Kennedy, que es el objetivo de una alianza que se apoya sobre dos pilares de igual poder. En este sentido, también la tarea consiste en que la Alianza responda al futuro. Ambas partes no pueden aceptar por siempre una situación en…

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