AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 35

Islam político y elecciones en Libia

Laura Feliu
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Sea cual sea el nuevo gobierno, la estrategia de los grupos islamistas de participación en las elecciones va a permitir su acceso a recursos de poder hasta ahora vetados.

Cuando se redactan estas líneas todavía no se han hecho públicos los resultados completos de las elecciones legislativas del 7 de julio en Libia, las primeras en 60 años, y se tienen  pocos datos sobre las posibles alianzas que deben llevar a la formación del nuevo gobierno interino. En juego están los 200 escaños de la Conferencia nacional general (120 reservados para independientes y 80 para partidos) que deberá organizar las elecciones legislativas de 2013 y la elección de una Asamblea Constitucional. El hecho de que se haya revertido la proporción de escaños reservados para diputados independientes y partidos (tres y dos quintas partes, respectivamente) es interpretado como un intento de evitar que el islam político consiga obtener la mayoría en las elecciones.
De los más de 2,8 millones de libios que se han inscrito en el censo electoral (un 80% del censo posible), finalmente ha votado aproximadamente un 62%. El primer dato que analistas y prensa han destacado es el presunto fracaso de los sectores islamistas en su objetivo de conquistar el poder por las urnas, a diferencia de los vecinos Egipto y Túnez, donde en las elecciones que han seguido a las revueltas los partidos islamistas han sido los claros vencedores. Los resultados parciales apuntan efectivamente a la victoria de la Alianza Fuerza Nacional (AFN), liderada por el exprimer ministro del gobierno de transición Mahmud Yibril, e integrada por sectores liberales e independientes, que se ha hecho con 39 de los 80 escaños reservados para partidos políticos.
Ahora bien, todavía falta por conocerse la adscripción de los 120 diputados independientes, que deberán aliarse con los representantes de los partidos…

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