INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 904

#ISPE 904. 8 septiembre 2014

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El solo hecho de haber sobrevivido a 50 días de ataques del Tsahal durante la operación Margen Protector, hace que Hamas se sienta, de algún modo, victorioso. Una reciente encuesta del Palestinian Center for Policy and Survey Research, revela que casi el 80% de los habitantes de Gaza cree que Hamas ganó la guerra y el 53% considera la lucha armada como única solución posible para la liberación de Palestina.

Según el sondeo, por primera vez en ocho años, el líder de Hamas, Ismael Haniya, aparece con la mayor intención de voto en unas eventuales elecciones palestinas, con incluso mayor apoyo en Cisjordania que en Gaza.

Por su parte, Israel ha logrado eliminar a varios miembros del núcleo duro del movimiento islamista –de hecho, Hamas solo aceptó la tregua después de perder a tres de sus jefes militares–; y destruir cientos de lanzadores de cohetes y la práctica totalidad de los túneles que conectaban Gaza con su territorio. Ese balance hace que Benjamin Netanyahu tembién se permita cantar  victoria en el tercer enfrentamiento directo con Hamas tras las operaciones Plomo Fundido (2008) y Pilar de Defensa (2012).

Sin embargo, nadie puede ocultar el precio pagado por esa pírrica victoria mutua después de 2.100 muertos entre ambos bandos, 71 de ellos israelíes, casi medio millón de desplazados y miles de viviendas y buena parte de las infraestructuras básicas de la Franja destruidas.

Nadie sabe aún si la tregua –facilitada por la tradicional mediación egipcia, que ha desplazado a otros actores interesados en jugar ese papel– inaugura una nueva fase del conflicto. Conviene atenerse al optimismo de la voluntad pero al pesimismo de la razón. Por una parte, lo único que se ha acordado es un cese de hostilidades, no un tratado de paz. Unas negociaciones formales solo se…

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