INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 917

#ISPE 917. 8 diciembre 2014

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La ruta marítima desde el norte de África al sur de Europa es una de las más peligrosas del mundo para una corriente migratoria irregular. De los 4.077 inmigrantes que murieron en todo el mundo en los primeros nueve meses de 2014, el 75% lo hizo en el Mediterráneo, según estadísticas de la Organización Mundial de las Migraciones.

Desde el naufragio, el 3 de octubre de 2013, de una frágil embarcación cargada de inmigrantes africanos y en el que murieron 360 de sus ocupantes cerca de la isla italiana de Lampedusa, la marina italiana ha rescatado a unos 100.000 refugiados que trataban de cruzar el Mediterráneo. Los rescates de la operación Mare Nostrum van a ser sustituidos por una misión europea de mucha menor envergadura, la operación Tritón, que se limitará a patrullar a unos 50 kilómetros de las costas italianas.

Dado que la UE se ha negado a financiar la operación Mare Nostrum, el gobierno italiano cree haber cumplido ya con su deber. Esa falta de voluntad política de la Unión para actuar no se podía producir en peor momento. Frontex, la agencia de fronteras exteriores de la Unión, detectó entre abril y junio a 68.589 personas intentando entrar en territorio comunitario, frente a los 24.810 del mismo periodo de 2013. La razón es evidente: el vacío de poder en Libia y la guerra civil en Siria, que han creado campos de refugiados superpoblados en Turquía, Jordania y Líbano. Turquía ha recibido a aproximadamente a unos 1,6 millones de refugiados sirios, a los que provee de techo, comida y asistencia médica. Pero el Programa de Alimentación de la ONU (WFP, en inglés) ha suspendido su entrega de ayudas a los refugiados sirios debido a la falta de fondos.

Sean inmigrantes económicos o refugiados, esos flujos están planteando…

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