INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 943

#ISPE 943. 22 junio 2015

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La preocupación por un posible desplome del mercado bursátil en China ha aumentado en las últimas semanas. No es para menos. El principal índice bursátil chino, el Shanghai Composite, estaba en los 2.290 puntos en noviembre y ahora está en los 4.970, un 117% de aumento en siete meses. De momento, la capitalización de las bolsas de Shanghai y Shenzhen es de 11,3 billones de dólares, frente a los 19,7 billones de las de EE UU, cuando el PIB chino es un poco más de la mitad del de la superpotencia.

No es el único indicativo de la burbuja. Los precios de las acciones están en récord históricos medidas en PER (price to earnings ratio). Quienes creen que la burbuja va a estallar más pronto que tarde, esgrimen argumentos de peso: las empresas chinas, sostienen, no se merecen esas valoraciones, dado que sus fundamentales no están ya a la altura de las expectativas.

Buena parte de esas compañías están sobreendeudadas y han aumentado sus ratios de deuda a niveles estratosféricos en los últimos años. El mercado de bonos de compañías chinas en dólares, por ejemplo, es 11 veces más grande que en 2007. Actualmente, la deuda corporativa alcanza el 200% del PIB.

Entre los sectores más endeudados está el inmobiliario y el de la construcción. Muchas empresas, en especial las estatales, están en pérdidas debido a sus arriesgadas inversiones. Tampoco la banca china está en mejores condiciones. De hecho, ha estado tratando de ralentizar el crédito, pero según diversas versiones, ha recibido instrucciones del gobierno para prestar más, aunque pueda no recuperar buena parte de esos préstamos.

La economía china está creciendo a las tasas más bajas de los últimos 30 años. Según un estudio de la Cámara Europea de Comercio, el 25% de las empresas…

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