POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 195

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (D), y el primer ministro portugués, António Costa, durante la 30ª cumbre España-Portugal (Valladolid, 21 de noviembre de 2018). GETTY

La democracia española vista desde Portugal

¿Qué consecuencias tuvo la Transición española sobre el funcionamiento actual de la democracia? Portugal ofrece un punto de comparación a partir del grado de inclusividad.
Ignacio Sánchez-Cuenca
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Desde hace algún tiempo, a España le resulta incómodo mirarse en el espejo. Durante la crisis económica, al calor del 15-M y del desprestigio de los políticos y las instituciones, se debatió en profundidad sobre los cambios que necesitaba el país, tanto desde una visión que impugnaba el llamado “régimen del 78” como desde otra liberal y regeneracionista. De la primera visión surgió Podemos, de la segunda Ciudadanos. Fue un periodo introspectivo, en el que intelectuales, académicos, periodistas y políticos trataron de dar respuesta a la pregunta de por qué España había pasado de ser un país envidiado en Europa a uno de los más castigados por la crisis económica y política. A los datos terribles sobre paro, pobreza, desigualdad y recortes (en servicios sociales, infraestructuras e investigación), hubo que añadir una letanía de escándalos de corrupción que contribuyeron decisivamente al desánimo colectivo. La quiebra del sistema de partidos tradicional, las movilizaciones masivas de diversos colectivos y la abdicación del rey Juan Carlos I hacían presagiar que España se dirigía hacia un cambio profundo.

Con la agudización de la crisis constitucional en Cataluña, el gran debate quedó truncado. Se produjo entonces una especie de cierre de filas y una exaltación orgullosa de la democracia española. Cuántas veces hemos oído en los últimos meses, en respuesta a la deslegitimación procedente del independentismo catalán, que nuestra democracia es homologable a las más avanzadas del continente. Frente a lo que ocurría en los momentos más duros de la crisis, cuando todo estaba en revisión, hoy el examen crítico del país se percibe con frecuencia como inoportuno, desleal y hasta antipatriótico.

En estas circunstancias, el académico estadouindense Robert Fishman ha roto la burbuja autocomplaciente en la que anda inmerso el país. Fishman aúna un conocimiento profundo de la política española y portuguesa con el…

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