AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 41

Mujeres y deporte: una revolución pendiente

Monia Lachheb
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El deporte femenino no debería concebirse como un ‘asunto de mujeres’. Se trata de un problema básico que forma parte de un proyecto de sociedad.

Desde su creación a mediados del siglo XIX en Inglaterra, el deporte se considera un baluarte de la masculinidad. Los juegos deportivos se adoptaron como apoyos educativos destinados a la formación del carácter del joven “varón”, “blanco”, “burgués” y “heterosexual”. Este modelo de práctica se ha mantenido a lo largo del tiempo a pesar de los múltiples cambios provocados por los movimientos sociales y las ideologías dominantes según las épocas. Incluso se ha propagado en paralelo a la difusión mundial del deporte, especialmente en el Magreb. De esta manera, el deporte crea una cultura marcada por un modelo de masculinidad, elcual impone como referencia normativa. Si bien los hombres encuentran en el deporte un espacio propicio para la aprobación de su masculinidad, las mujeres experimentan numerosas formas de desigualdad y, con frecuencia, se encuentran infrarrepresentadas, tanto en la práctica como en las instituciones deportivas. El acceso de las mujeres al universo del deporte equivale por tanto a “la conquista de una fortaleza masculina” (Terret, 2005). Dicha realidad se completa en el Magreb por los marcos específicos del desarrollo del deporte y la importancia de las peculiaridades culturales.

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