AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 23

Obama y el futuro del mundo árabe

Randa Achmawi
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El 4 de junio de 2009, el presidente Obama se dirigió al mundo musulmán en el Cairo. Televisiones de todo el mundo retransmitieron en directo el discurso. El rechazo de los grupos extremistas al discurso del presidente americano da a entender que su estrategia enfocada a cambios a largo plazo podría ser correcta.

Cuando supe de la decisión del presidente Barack Obama de venir a pronunciar un discurso dirigiéndose al mundo musulmán desde El Cairo, la ciudad donde vivo, reconozco que sentí una pizca de decepción. Al fin y al cabo, Egipto no puede realmente considerarse un modelo de ejercicio de la democracia ni de respeto incondicional de los derechos humanos. El presidente Hosni Mubarak ostenta el poder desde hace 28 años, habiendo sido confirmado dos ocasiones en la presidencia egipcia por medios bastante cuestionables. ¿Cómo es que Obama no optó por dirigirse a esos interlocutores musulmanes desde un país como Indonesia, por ejemplo? Ésa es la pregunta que se hicieron muchos observadores de mi región al anunciarse su decisión de venir a Egipto. Indonesia ya ha dado pruebas de su capacidad de avanzar con determinación en pos de la democracia. Con ello, el presidente americano hubiera enviado sin duda un mensaje inequívoco a los dirigentes y dictadores árabes, diciéndoles que es hora de introducir reformas y cambios importantes en la escena política de esta región, empezando con la adopción de medidas claras y serias, encaminadas a una mayor apertura y democratización de esos países. En cambio, Obama no sólo escogió dirigirse al mundo árabe desde El Cairo, sino que, además, las partes de su discurso dedicadas a la defensa de los principios de la democracia y de los derechos humanos se abreviaron visiblemente.
De hecho, confieso que, en cierto modo, mi escepticismo con respecto a un posible cambio de…

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