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Obama y la reforma de la política tributaria

Raymond Baker y Monique Danziger
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El plan tributario de Barack Obama especifica que las sociedades anónimas extranjeras gestionadas y controladas en EE UU deberán recibir el mismo trato que las nacionales. En vigor a partir de 2011, la medida permitirá al país recaudar 86.500 millones de dólares en impuestos.

Estados Unidos afronta una grave crisis económica interna y un entorno mundial cambiante para la banca y las prácticas comerciales. La manera en que la nación aborde estos dos cambios influirá en la forma en que se manejen las finanzas y los negocios en el país y en el extranjero en años venideros.

EE UU debe reformar sus políticas internas y tomar medidas enérgicas contra los paraísos fiscales y las jurisdicciones con secreto bancario que facilitan la evasión fiscal. Este proceso debe seguir el ritmo de las acciones emprendidas en los países del G-20 para acabar con el secreto bancario y reforzar la cooperación y el intercambio de información entre países.

Al mismo tiempo, debe afrontar un déficit presupuestario de 1,8 billones de dólares. Mejorar el cálculo de la base imponible y la recaudación de impuestos puede reducir parte de los 345.000 millones de déficit tributario estadounidense. Aunque éste parece un resultado beneficioso para todos, alcanzar el éxito es mucho más sencillo en la teoría que en la práctica.

La política tributaria estadounidense es única por el hecho de incluir un cálculo y una recaudación nacionales del impuesto sobre la renta al tiempo que otorga a cada Estado el derecho de imponer su propia política tributaria. El resultado es una mezcla de niveles de tipos impositivos para personas físicas y jurídicas y de criterios de reglamentación en los diferentes Estados.

De media, el tipo impositivo no es excesivamente elevado. Situado entre el 35% y el 40% aproximadamente para personas físicas y jurídicas, es inferior al de…

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