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Palabras del futuro

Juan Luis Manfredi
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Las ideas sobre las que hemos construido el siglo XX se desvanecen. Las tecnologías de la información han transformado el ecosistema, y las organizaciones, diseñadas y pensadas para el entorno industrial, no saben, no pueden o no quieren afrontar el cambio.

 

Cuando leo los versos de Eliot, sus palabras me evocan el cambio estructural al que nos enfrentamos. Es curioso. He buscado referencias, definiciones e ideas que expliquen la magnitud de la transformación digital. Manuel Castells, Michael Ignatieff, Lawrence Lessig o Anthony Giddens son autores necesarios. Pero he tenido que bucear en la poesía del siglo XX para encontrar una explicación más certera. El poema, publicado originalmente en 1943, refleja mejor que otros análisis académicos lo que nos está sucediendo. La sociedad de la información supone el proceso de transformación estructural de las relaciones de producción, experiencia y poder. Nada volverá a ser lo mismo y, precisamente por eso, necesitamos ordenar el lenguaje, las ideas y los conceptos. Como apunta Ulrich Beck, muchas palabras se han vaciado de su significado básico porque han cambiado las condiciones de uso. Se mantiene la etimología, el origen o su forma, pero no su significado. Son las categorías zombies, aquellas que se repiten como si nada hubiera cambiado en un mundo crecientemente complejo. Alguno de sus ejemplos más conocidos son la idea de empleo y trabajo (¿para toda la vida? ¿minijob? o ¿externalización para la reducción de costes?), familia (la transformación de la intimidad y las nuevas formas de matrimonio, descendencia y parentesco) o Estado (al que añade todos los prefijos posibles: super, supra, inter, post, neo, trans y nación).

 

En el epicentro de esta concatenación de transformaciones, emerge la cultura digital. Consiste en la integración gradual, pero imparable, de Internet, los nuevos medios y la vida digital en la política, la…

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