POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 140

Perú, el desafío del optimismo

Francisco Javier Urra
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Atrás ha quedado el tradicional fatalismo peruano. El país elige presidente el 10 de abril en uno de los mejores momentos económicos de su historia. Pese al desarrollo de los últimos años, es necesario fortalecer las instituciones y avanzar en políticas sociales.

 

Yo soy el Perú”, afirmaba Mario Vargas Llosa en la multitudinaria rueda de prensa tras concederle el premio Nobel de Literatura 2010. “Lo que yo escribo es el Perú también”, añadía el escritor arequipeño, subrayando cómo el conjunto de vivencias, climas y culturas de Perú se expresa a través de sus líneas y es, en último término, la razón de este premio tan merecido como esperado.
En efecto, las páginas de Vargas Llosa reflejan muchas de las contradicciones que alberga Perú. De la humedad sofocante de la selva en Iquitos, al desierto de Castilla en La Casa Verde; del humor irónico y jovial del carácter criollo en La Tía Julia y el escribidor, a la brutalidad que hunde sus raíces en la desigualdad reflejada en La Ciudad y los perros. Perú oscila entre la pregunta de Zavalita –“¿Cuándo se jodió el Perú?”– y un nuevo éxito, ya sea en las letras con un flamante premio Nobel, o en la gastronomía, internacionalmente reconocida de mano de emprendedores como Gastón Acurio.

 

Perú se encuentra en un momento clave de su historia reciente. El 10 de abril los peruanos elegirán al próximo presidente de la república. A dife-rencia de otras ocasiones, no acuden a votar en situación de crisis o de excepcionalidad; al contrario, Perú ha vivido unos años de estabilidad política, crecimiento económico y desarrollo que invitan a un optimismo radicalmente novedoso. Con todo, los desafíos son aún enormes. Las elecciones presidenciales se enmarcan en un momento fundamental para el país: en cierto modo, se verá si la…

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