POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 6

Riesgos de indefensión de la economía española en la CEE

José Ramón Lasuén
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Los españoles están comenzando a pensar, que la integración en la CEE está resultando menos positiva de lo que esperaban. Las reacciones más fuertes, sin duda, se producen entre los empresarios agrícolas y ganaderos. Pero los industriales están también alarmados por la penetración comercial comunitaria en el mercado interno, que no compensan con un aumento equivalente de sus exportaciones.

No es menor la preocupación entre los trabajadores porque perciben que su suerte está ligada con la de las empresas con las que trabajan y porque, además, observan cómo la política económica del Gobierno está cada vez más influenciada por el criterio conservador de la Comunidad respecto, entre otras cosas, de la contención salarial y de la flexibilización laboral.

La reflexión no es sólo económica. Un gran sector de opinión, de poco fervor militarista, se encuentra crecientemente incómodo al comprobar que gradualmente, por la presión norte y centroeuropea, España se está integrando cada vez más en la política de defensa que a ellos más interesa y que a nosotros menos importa.

En realidad, los únicos sectores que están satisfechos hasta ahora con la evolución del proceso de integración son los inmobiliarios, financieros y los núcleos de opinión atlantistas más radicales.

¿Hay que preocuparse por la acentuación de esta corriente de opinión y de sus consecuencias?

Hay quienes creen que no. Hay quienes afirman que ésta es una opinión pasajera, similar a la que se produjo en otros países como Italia e Inglaterra inmediatamente después de su adhesión al recibir los primeros efectos negativos de la firma. Es una opinión superficial –dicen– que se invertirá una vez que España comience a registrar los impactos económicos positivos, más retrasados, pero también más permanentes de la adhesión.

Es posible y deseable, porque si no es así se pueden crear situaciones complicadas para la Comunidad…

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