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Siria. Así funciona la economía bajo la guerra

Fernando Barciela
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Siria produce poco, mal y a precios prohibitivos y las mercancías no circulan debido a las fronteras internas entre los grupos que controlan el país. Tampoco puede importar, ya que no exporta y sus cofres en divisas están vacíos. La situación económica es desastrosa. El futuro, incierto.

Aparte de haber acabado con la vida de 220.000 sirios, haber desplazado a más de 10 millones de sus casas y arrasado ciudades enteras, la guerra ha dejado Siria en tal estado de destrucción que serán necesarios al menos 30 años para volver a reconstruirla. ¿Exagerado? Muchos economistas locales han advertido ya que los efectos destructivos de esta guerra no tienen nada que ver ni con Líbano ni con Irak, sino más bien con lo que ocurrió en Europa en la Segunda Guerra mundial.

Según un estudio del think tank inglés, Chatham House, la guerra entre el Estado sirio y los distintos grupos de la oposición, iniciada en 2011, ha reducido prácticamente a la mitad –56.000 millones de dólares– el PIB del país. En la actualidad más de la mitad de la población vive en la pobreza y el 20% (4,4 millones) en la pobreza extrema, a lo que habría que añadir un desempleo del 48,8%, otro contraste con la situación prebélica, cuando era solo del 8%. Aunque buena parte de esos trabajadores no se han quedado mano sobre mano: están en la economía sumergida, en la llamada economía de guerra en las zonas dominadas por los insurgentes como el Estado Islámico, o se han enrolado en algunos de los distintos ejércitos en pugna, que en muchos casos pagan en dólares y más que en las mejores profesiones.

El país carece de casi todo lo necesario para una vida normal. Los alimentos escasean y han alcanzado precios prohibitivos, en muchas zonas apenas hay…

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