POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 126

UE, derechos humanos y Naciones Unidas

Richard Gowan y Franziska Brantner
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Apertura a nuevas coaliciones y determinación en la defensa de los derechos humanos es el camino para corregir el declive de la UE en la ONU. La activa diplomacia de chinos y rusos para buscar aliados en su ‘eje de la soberanía’ requerirá un nuevo argumentario europeo.

La Unión Europea está sufriendo una crisis a cámara lenta en las Naciones Unidas. El problema no es una falta de cohesión interna, que ha mejorado notablemente desde los desencuentros por la guerra de Irak en 2003. El problema es la disminución de su capacidad para hacer valer las reglas del juego. Los miembros de la UE insisten en que la ONU es fundamental para su visión del orden internacional y los derechos humanos universales, pero la organización está cada vez más dominada por China, Rusia y sus aliados. El declive de la UE se ha puesto de manifiesto en 2008, cuando la UE ha intentado que la ONU aprobase resoluciones respecto a Myanmar y Zimbabue, pero sin conseguir que el Consejo de Seguridad actuase. Estas derrotas se superponen a otras en casos tan variados como Kosovo o Darfur.

Todo ello se debe en parte a los cambios geopolíticos, pero la UE ha sido también la artífice de su propia desgracia. Europa ha perdido terreno porque es reacia a usar su influencia y tiende a mirar hacia sí misma –cada año celebra en Nueva York 1.000 reuniones de coordinación– en lugar de hablar con otros. También está debilitada por no solucionar las contradicciones surgidas en su reputación como líder de los derechos humanos y el multilateralismo.

La UE tiene un interés fundamental en muchos de los asuntos de la ONU, desde la proliferación nuclear hasta el cambio climático. Sin embargo, este análisis se centrará en los valores universales en los que la Unión…

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