INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 984

ISPE 984. 2 mayo 2016

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Rabat ha recibido con irritación dos noticias que cuestionan su dominio del Sáhara Occidental, 40 años después del inicio de la ocupación. La primera fue la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo de 10 de diciembre que invalida los contenidos del acuerdo comercial Unión EuropeaMarruecos de 2012 que puedan afectar a productos agrícolas y pesqueros procedentes del territorio del Sáhara Occidental.

La segunda ha sido mucho más perjudicial para sus intereses: la visita, el 7 de marzo, del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, a zonas controladas por el Frente Polisario (FP) y a los campos de refugiados de Tinduf (Argelia), donde se refirió al Sáhara Occidental como un “territorio ocupado”, elevando al rojo el tono del contencioso. Lo que indignó especialmente a Marruecos fue el hecho de que Ban visitara a líderes saharauis en Bir Lahlu y denunciara el “sufrimiento y desesperanza” que provoca la falta de avances que puedan conducir a una salida política del conflicto.

En respuesta, Rabat expulsó a los 83 miembros del personal civil de la Minurso, la misión de la ONU para el Sáhara Occidental, cerró su oficina de enlace en Dakhla y canceló su aportación financiera para su sostenimiento, amenazando incluso con reducir el personal marroquí en las misiones de cascos azules. Desde 1991, cuando se creó la Minurso para supervisar el alto el fuego alcanzado entre Marruecos y el FP con mediación de la ONU, no se vi­vían momentos tan tensos en los territorios ocupados, en los que Rabat se niega a celebrar un referéndum de autodeterminación.

La crisis ha enrarecido el ambiente justo antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU vote la renovación del mandato de la Minurso. Pero incluso si aprueba extender la misión, va a…

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