Presidenciales en Chile: incógnitas y certezas

Antonia Santos Pérez
 |  21 de marzo de 2017

El 19 de noviembre se celebrarán elecciones presidenciales en Chile. Hasta esta fecha habrá que superar dos momentos importantes: el primero sobre la definición de los precandidatos que participarán en las elecciones primarias legales que tendrán lugar el 2 de julio; y el segundo, la puesta en marcha y la definición de contenidos de la campaña electoral una vez definidos los candidatos.

En estos comicios se elegirán además a los integrantes de la Cámara de Diputados, se renovará la mitad del Senado y se decidirá sobre los consejeros regionales. Como novedad se clausura el sistema electoral binominal, que perdura desde la recuperación democrática, para iniciar uno nuevo que fija distintos criterios de proporcionalidad, reconfigura los distritos electorales, aumenta el número de legisladores de 120 diputados a 150 y de 38 senadores a 50. Por primera vez también se aplicará la ley de cuotas que facilita una mayor representación política para las mujeres y, además, se regularán distintos aspectos de la campañas electorales en relación a actividades, difusión y financiación. Estos elementos afectarán al reparto de los espacios de representación política aunque no alterarán sustancialmente la dinámica de la elección presidencial.

Si bien los partidos no han definido oficialmente aún a sus candidatos, en las encuestas las tendencias parecen estar claras. Las últimas encuestas publicadas (CEP, Adimark y Cadem) coinciden en mostrar que la competencia será reñida y que los candidatos mejor posicionados son el expresidente Sebastián Piñera, por la coalición de centroderecha Chile Vamos, y Alejandro Guillier, por el conglomerado de gobierno de centroizquierda Nueva Mayoría. El resto de precandidatos registran una gran distancia quedando relegados a posiciones poco significativas. En los momentos previos a las nominaciones son muchos los políticos que han manifestado su disponibilidad e interés por participar en los comicios presidenciales y son todavía pocos los partidos que han definido a sus postulantes.

En la coalición de gobierno Nueva Mayoría todos los partidos han declarado su voluntad de llegar a las presidenciales con un candidato único, para lo cual cada uno de ellos ha definido el mecanismo para presentar a su abanderado en competencia. Así, el Partido Radical ya proclamó a Guillier y el Partido Por la Democracia (PPD) abanderó al expresidente Ricardo Lagos, ambos a través de mecanismos internos. Queda pendiente la definición de la Democracia Cristiana, aunque todo parece indicar que presentará a la senadora y actual presidenta del partido Carolina Goic. El Partido Comunista aún no ha registrado ningún nombre y el Partido Socialista se encuentra definiendo el mecanismo para decidir entre el experimentado político José Miguel Insulza, hasta hace dos años secretario general de la Organización de Estados Americanos, y el académico Fernando Atria. De esta forma la Nueva Mayoría llegará al menos con cuatro precandidatos a las primarias del mes de julio.

La propuesta de la Nueva Mayoría es un esfuerzo por mantenerse unida a través de un candidato único que les permita mantenerse como bloque gobernante dando continuidad a la lógica de la Concertación vigente en las últimas tres décadas. Entre sus distintos candidatos el mejor situado y más competitivo es el senador Guillier, que se impone a políticos de larga trayectoria como Insulza y Lagos.

En la oposición, las opciones en Chile Vamos están más restringidas debido a la gravitación de la coalición en torno a la figura Piñera. El expresidente aparece en primer lugar en todas las encuestas. La incógnita gira en torno a si se dejará seducir por los resultados de los sondeos o si la presión por denuncias de irregularidades y opacidad en sus actividades económicas le intimidarán para optar a un segundo periodo presidencial.

Si Piñera confirma su candidatura, ni Renovación Nacional ni la Unión Demócrata Independiente, como partidos mayoritarios, llevarían ningún otro candidato, por lo que no tendría sentido participar en las primarias. Las expectativas están abiertas y los senadores Francisco Chauán y Alberto Espina aparecen como precandidatos de Renovación Nacional. Por la UDI surge como aspirante el exalcalde Francisco de la Maza y por Evòpoli el diputado Felipe Katz. Además aparecen otras figuras que, descolgándose de sus partidos, se presentan como independientes: José Antonio Katz de UDI y José M. Ossandón, de Renovación Nacional, con las que habría que negociar para impedir que sus postulaciones sigan adelante. La derecha todavía no ha definido el mecanismo que aplicará para la selección de su candidato, lo que parece estar supeditado a la gran decisión de Piñera.

En las elecciones de 2013 participaron nueve candidatos y fueron dos mujeres las que llegaron a la segunda vuelta. En esta ocasión solo se perfila una candidata con (escasas) posibilidades de avanzar en la carrera presidencial, Goic, y el hecho de que se muestre una estrecha diferencia entre los dos precandidatos mejor situados reduce el interés en la postulación más allá de una participación simbólica. Las primarias serán el mecanismo para nominar el candidato único de la Nueva Mayoría y en el caso de Chile Vamos este mecanismo estará condicionado por la postulación de Piñera.

 

Experiencia frente a independencia

Las encuestas evidencian que en las elecciones presidenciales chilenas se enfrentarán dos perfiles políticos muy diferentes. El político con larga trayectoria y dilatada experiencia como Piñera, activo en la política desde la recuperación democrática, miembro fundador de Renovación Nacional, senador y presidente; frente a un político independiente como Guillier, sin vínculos partidarios y sin militancia, senador desde hace cuatro años por la Región de Antofagasta al norte del país. Hombre ligado al periodismo y a la comunicación social, especialmente a la televisión donde mantuvo un programa de debate político entre 1999 y 2008, para pasar posteriormente a presentar uno de los informativos de mayor audiencia del país. Será una elección clásica entre la centroderecha y la centroizquierda, y donde el fenómeno electoral lo constituye la candidatura del senador Guillier.

Las encuestas muestran también el práctico empate de los dos candidatos, con una ligera ventaja de Piñera y un destacado ascenso de Guillier. Entre los dos sostienen la mitad de las preferencias, un 10% se lo reparten siete candidatos y el 40% restante de los encuestados no manifiesta su opción presidencial.

En Chile ha aumentado notoriamente el malestar ciudadano frente a los escándalos políticos por corrupción, cohecho, nepotismo e irregularidades en la financiación de la política, lo que afecta particularmente a la confianza en los representantes políticos y a los partidos, por ello declararse independiente surge como una cualidad atractiva para los electores. En este escenario, la elección presidencial requiere mostrarse como alternativa al gobierno de Michelle Bachelet, el cual ha obtenido los índices más bajos de aprobación ciudadana en los últimos 25 años. Esta alternativa puede ser por cambio de signo político o por cambio en la dirección y contenidos del programa de la Nueva Mayoría. La experiencia política parece constituir un lastre y las nuevas propuestas y nuevos estilos políticos parecen encontrar espacio en una desconfiada ciudadanía.

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