POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 147

¿Puede cambiar Francia el rumbo de la Unión Europea?

Hubert Védrine
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Un cambio en la presidencia de Francia podría abrir un ciclo progresista en Europa, modificando el modo de gestionar la crisis de la zona euro y la implicación europea en la ‘primavera árabe’.

Como todas las elecciones importantes en Europa, las presidenciales en Francia previstas para mayo de 2012 son evidentemente trascendentales para sus socios europeos y, más allá de ellos, para la OTAN, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el G-8, el G-20, el mundo árabe, África, etcétera. Tendrán un impacto especial si el candidato del Partido Socialista (PS), François Hollande, resulta elegido, porque la izquierda francesa ha fracasado en las tres elecciones presidenciales anteriores, en 1995, 2002 y 2007, frente a los candidatos de la derecha. Pero todavía más, debido a la coyuntura de crisis en la zona euro desde hace dos años y a la ratificación del Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza (TSCG) firmado el 5 de marzo. Una alternancia en Francia abriría la posibilidad de una alternativa en Europa, donde los partidos de derechas predominan en la actualidad.

 

Sobre Europa

El balance internacional de Nicolas Sarkozy es contrastado. En especial, logró la creación del G-20, consiguió que se votara en el Consejo de Seguridad la resolución 1973 sobre Libia y contribuyó a la ratificación del Tratado de Lisboa. También ha sufrido muchos fracasos, como la Unión por el Mediterráneo (UpM), que nació muerta.

Con respecto a Alemania, después de tres años de tensiones, Angela Merkel y Sarkozy encontraron, obligados por la crisis griega, la forma de trabajar juntos. El presidente francés consiguió que se celebraran periódicamente cumbres de la zona euro, que Alemania rechazaba desde la creación de la moneda única. Pero en el fondo, ha tenido que inclinarse en gran medida ante las exigencias unilaterales de austeridad alemanas, aunque ha limitado…

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