POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 163

#PolExt163: Petróleo barato, geopolítica y clima

Los gigantes de la OPEP, Arabia Saudí, Irán, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Venezuela… pelean en estos días, también quizá en los meses próximos, pero esperemos que no en años, por una necesidad vital para todos los productores: mantener la cuota. Es decir, precios bajos para defender, caiga quien caiga, esa cuota de mercado.
Editorial
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El precio del petróleo –Brent, referencia europea, pero también global– ha bajado más del 45 por cien al entregar estas líneas, 26 de diciembre de 2014, es la mayor caída de los últimos cinco años. La OPEP que controla un 41 por cien de la producción mundial, no ha podido reducir sus cuotas. Quiere decirse que la organización se mantendrá en la actual, y suave, tendencia expansiva, mientras que grandes países productores, Rusia, México, Colombia, complican esta pugna comercial y global haciendo la guerra por su cuenta, vendiendo millones de barriles como Dios les da a entender. Los precios más bajos del petróleo, recordamos, están indexados y el gas, no siempre pero generalmente, está obligado a seguir al petróleo.

Los gigantes de la OPEP, Arabia Saudí, Irán, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Venezuela… pelean en estos días, también quizá en los meses próximos, pero esperemos que no en años, por una necesidad vital para todos los productores: mantener la cuota. Es decir, precios bajos para defender, caiga quien caiga, esa cuota de mercado.

Hemos visto en 2014 lo que no era ni siquiera imaginable en 1988: una OPEP que ya no es lo que era, aunque pueda recuperar una parte de su peso.

Tres artículos, claros y didácticos, ayudan a entender esta casi incompresible pérdida de control. Arabia Saudí y Estados Unidos no solo dirigen la OPEP, uno dentro y otro fuera, sino la producción de petróleo. En esta ocasión la Unión Europea juega un papel fundamental. Europa, explica Gonzalo Escribano, podrá obtener un triple y decisivo dividendo. Decisivo, al menos, para los próximos tres/cinco años. La economía de la UE se beneficiará, sin duda, de la caída en vertical de los precios. Un coste más bajo de la energía, señala Escribano, ayudaría a la industria europea a recuperar algo de la competitividad perdida frente a Estados Unidos. Pero habrá además, un segundo dividendo geopolítico: Rusia sufre un debilitamiento muy grave en el momento más inoportuno para los intereses de Moscú. Tercera rentabilidad, y quizá la más importante, empujados por la Unión Europea y tal vez sin la resistencia americana y china, se podrá avanzar aceleradamente en la transición energética. Las reflexiones de Claudio Aranzadi son particularmente útiles, no solo por tratarse de un exministro de Energía de los años ochenta y noventa.

Queremos huir de la grandilocuencia: pero está cada día más arraigada la creencia –en términos generales incuestionable a juicio de la revista Política Exterior– en el camino demencial del mundo desarrollado, desarrollado también en esa locura, del avance hacia una catástrofe planetaria. Hay, sin embargo, dos fechas que permiten abrir una modesta rendijita hacia la sensatez, la Cumbre del Clima de París de diciembre de 2015 y los avances que puedan haberse logrado de aquí a 2030.

Y junto a estas dos fechas, dos grandes bases ya existentes: la primera, las decisiones concretas, prácticas, en muchos casos inmediatas de la Unión Europea desde los últimos años del siglo pasado. La última decisión de los europeos para avanzar en la lucha contra el cambio climático se tomó el 24 de octubre, cuando anunciaron los nuevos objetivos en materia energética y medioambiental. Y la segunda, anunciada el 12 de noviembre, el acuerdo reflejado en dos nombres, los de Barack Obama y Xi Jinping, responsables de las dos primeras potencias del mundo. China ya ha reducido su demanda petrolífera en 2014. Estados Unidos, por su parte, ha dado un doble y enérgico giro hacia el fracking y el shale gas. En Canadá, su vecino, se han disparado los nuevos proyectos en las arenas pesadas, siempre que estos resulten competitivos con un precio bajo de los hidrocarburos.

Vemos hoy, y lo explica Antxon Olabe, una demanda creciente de petróleo, se nos dirá, pero el crecimiento norteamericano y chino hacia las energías alternativas y la eficiencia energética parece haber tomado en este año crítico una fuerza imparable. Los avances de los productos descarbonizados, hidráulicos y eólicos sobre todo, son un hecho. De lo contrario, lo vamos a pasar muy mal. O no lo vamos a pasar. Buena lectura a estos tres autores, Aranzadi, Escribano y Olabe.

Hay un cuarto actor, en 2015, además de la UE, China y EE UU. Hablamos de India (1.236 millones de habitantes en julio 2014). Deseamos una buena y angustiada lectura al creciente número de lectores interesados en esta materia crucial.