Occidente tiende a exagerar la realidad del poder chino. La República Popular es una potencia intermedia que, sin embargo, utiliza con éxito las expectativas que sobre su futuro tiene el resto del mundo. En las esferas comercial, diplomática y militar, China es un país de segundo orden. Mientras no se parta de este hecho, Occidente no podrá acertar en su política.
POLÍTICA EXTERIOR > NÚMERO 73


Invierno 2017/2018 - Papel
Magreb, en los comienzos de las finanzas 'halal'
Marzo/abril 2019 - Papel
Mayo/junio 2019 - Papel
Julio/agosto 2019 - Digital