El final de la guerra fría hizo inevitable una reforma en la estructura y en la misión de la OTAN. La ampliación de su área de interés geográfico y el desarrollo de vínculos con los países de Europa central y oriental dio origen a una estrategia globalista que pone en peligro la pervivencia de la organización y la implicación de EE UU en los asuntos de seguridad europeos.
POLÍTICA EXTERIOR > NÚMERO 70


Otoño 1991 - Digital
Siria, el triunfo de la revolución desahuciada
¿Paz sin los jóvenes? Un riesgo que la región MENA ya no puede permitirse