POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 41

Telecomunicaciones y desarrollo económico en los nuevos mercados

Para los países desarrollados, las telecomunicaciones son tan importantes como el poder eléctrico, las carreteras o el agua. Es lógico que todos los países en vías de desarrollo pongan el mayor énfasis posible en lograr una infraestructura de las telecomunicaciones moderna y flexible.
Charles R. Lee
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Las telecomunicaciones modernas son un requisito previo –y no una consecuencia natural– para el éxito económico de un país en vías de desarrollo en la actual economía global. Diversos estudios coinciden en señalar que un adecuado sistema de telecomunicaciones es esencial para la integración de la estructura política, cultural y social de un país y decisivo para su avance económico. En una conferencia sobre “El futuro de las comunicaciones en el mundo” celebrada el pasado año, Jonathan Parapak, secretario general de Correos y Telecomunicaciones de la república de Indonesia, señaló que las telecomunicaciones se han convertido en el “eslabón perdido” que separa a los países en vías de desarrollo. “Cuando alguno de nosotros se refiere al desarrollo de las telecomunicaciones –dijo J. Parapak– alude a sus fantásticas posibilidades, tanto desde el punto de vista tecnológico como del de la red de servicios. No obstante, no debemos olvidar que la globalización también incluye a África, Asia y Latinoamérica… Mientras persista el atraso de las telecomunicaciones del mundo en desarrollo, no podrá darse una verdadera conexión global”. En un ensayo reciente, Walther Richter, de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) de Ginebra, comparaba el efecto de las telecomunicaciones en la economía de un país en desarrollo con el de los fertilizantes en la agricultura: “Se puede hacer crecer un producto sin fertilizantes, del mismo modo que se puede sacar adelante una economía sin telecomunicaciones, pero en ambos casos, sin esos factores básicos, la eficacia es mucho menor”. 

También Peter F. Drucker, en The Wall Street Journal de 9 de abril de 1992, resumía la situación del siguiente modo: “La mayor demanda en el mundo se dirige al servicio telefónico en los países del Tercer Mundo, incluida la antigua Unión Soviética. No hay ma yor impedimento para el desarrollo económico…

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