POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 39

Europa, marginada en el problema bosnio

Tras dos años de dirección por parte de Europa en el conflicto de Bosnia, con una gran acumulación de errores, EE UU y Rusia comienzan a hacerse cargo del conflicto.
Philippe Marcovici
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Durante dos años, los Doce han asumido, casi solos, la carga internacional del conflicto bosnio, con la acumulación de errores y de faltas ya conocida. El resultado es la continuación encarnizada de los combates. Sin embargo, los mediadores de la Unión Europea y de las Naciones Unidas, lord David Owen y Thorvald Stoltenberg, lograron hacer aceptar a los tres beligerantes, el 30 de julio de 1993, un “acuerdo constitucional” sobre una Unión de Repúblicas de Bosnia-Herzegovina. Este acuerdo, firmado en Ginebra, sellaba en realidad la partición del país en tres entidades étnicas distintas, cada una de ellas con vocación de independencia. Ratificaba, pues, más allá de las complejidades del documento, la situación militar sobre el terreno: la victoria serbia. Este compromiso, apadrinado de principio a fin por los europeos, vino a quebrar el sueño tanto tiempo pregonado por los Doce: el de una Bosnia unificada y pluriétnica. Como dice, aún hoy, un diplomático francés de alto rango: “Creíamos y seguimos creyendo que un compromiso malo es mejor que una guerra buena”.

Desde julio de 1993, Europa ha querido atenerse al plan Owen-Stolten berg, porque, según se decía, tanto en Londres como en París, no había solución de recambio. Esto, sin contar con los norteamericanos, que, aunque en todo momento se negaron a intervenir en el conflicto, no dejaron de mantener una importante capacidad de bloqueo y de iniciativa.

A lo largo de toda la primavera y verano de 1993, Washington multiplicó sus tentativas de implicar a la OTAN en ataques aéreos contra los serbios de Bosnia, especialmente sobre Sarajevo. Francia, Gran Bretaña y Grecia se opusieron. Las dos primeras porque temían represalias serbias contra sus cascos azules, que son los más numerosos sobre el terreno; la última, porque su querella con Macedonia la acerca todavía más a Serbia.

Al verse…

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