La industria europea del motor es un microcosmos de la historia económica. Quedan pocas de las compañías europeas originales, la mayor parte de las cuales son fusiones de varias compañías pequeñas. Las grandes compañías norteamericanas, como General Motors, Ford y Chrysler, fabrican desde hace tiempo en Europa, si bien están menos integradas que sus matrices, dado que no disponen de capacidad total de desarrollo de sus productos en Europa. Cabe esperar otra oleada de fabricantes de automoción a medida que Corea vaya sustituyendo su actual estrategia de importación por fabricación local. También esperamos en el futuro la llegada de fabricantes de otros países de Extremo Oriente, así como de compañías de la anterior Unión Soviética.
El estado de una industria tan diversa y dinámica como la automovilística es difícil de sintetizar. Este trabajo trata de ofrecer su panorama estratégico durante el primer trimestre de 1994, con ciertas compañías en busca de asociaciones o alianzas estratégicas; otras, racionalizando su producción y distribución; y, todas, buscando cómo aumentar su rentabilidad en un mercado muy disminuido.
Las previsiones para el futuro también son estratégicas, al contemplar más la evolución de la industria que la posición de cada compañía. Mientras que muchas de las previsiones son proyecciones cuantitativas, este trabajo analiza desde una perspectiva cualitativa algunos de los problemas estructurales a los que dedica sus esfuerzos la Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles (ACEA), órgano representante de la industria.
La industria automovilística
La industria automovilística en Europa empleaba directamente en 1992 en torno a 1,8 millones de personas. Al depender diez puestos de trabajo de cada uno de los directos, ello da una cifra total de 18 millones de empleados. El empleo directo por sí solo representa el 8,3 por cien de los puestos de trabajo europeos en el sector industrial.
El mercado…

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