POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 36

Un nuevo concepto de seguridad para la Alianza Atlántica

En 1989 buscábamos una Europa unida y libre, en la que las relaciones entre naciones se basaran no sólo en ideologías y el poder militar, sino en la tolerancia y valores democráticos comunes. Ahora nos damos cuenta de que entre nuestros deseos y la realidad hay una gran diferencia que deberíamos reducir y buscar una nueva OTAN.
Manfred Woerner
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Sólo hace unos años contemplábamos una visión de Europa unida y libre, en la cual las relaciones entre los pueblos no se basarían únicamente en las ideologías y en el poder militar, sino también en la tolerancia y en los valores democráticos comunes. Ahora un vacío se ha abierto entre esta visión de un nuevo orden de paz en Europa y nuestra voluntad de pagar el precio de hacerlo realidad. Este vacío produce inestabilidad y mina la credibilidad de las instituciones occidentales que han ayudado a fomentar el cambio. Hoy en día, cuatro años después de la caída del muro de Berlín, ya no es la euforia la que domina la agenda europea, sino el desorden y la crisis de confianza.

Hay que ser honestos. La sociedad internacional ha fracasado en atajar con efectividad el conflicto en la antigua Yugoslavia, y este fracaso afecta a todas las instituciones. Más aún, Somalia nos recuerda lo difícil que es acertar en el complejo equilibrio entre los deseos de intervenir y los problemas de llevar estos deseos a la práctica. ¿Quiere esto decir que deberíamos abandonar nuestro objetivo de crear un nuevo orden internacional? ¿Debemos dejar el mundo en poder de las fuerzas del desorden y limitarnos a defender nuestra seguridad nacional, o como mucho, a contener los focos de crisis para prevenir su desbordamiento?

Mi respuesta es, rotundamente, no. No podemos vivir seguros rodeados del caos. No creo que debamos rendirnos ante el pesimismo: debemos enfrentarnos al nuevo entorno estratégico; tenemos que darnos cuenta de que el fin de la guerra fría no ha traído consigo ni el fin de la historia, ni de una visión de seguridad para el futuro. La seguridad todavía tiene un precio, y debemos pagarlo.

Esto es especialmente cierto en lo que respecta a la antigua Yugoslavia….

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