Bruselas encara el desafío más serio en años en su relación comercial con Estados Unidos. La amenaza lanzada por Donald Trump de imponer aranceles del 30% a todas las exportaciones europeas a partir del 1 de agosto ha tensado de nuevo las costuras.
La suspensión de las represalias –valoradas en 21.000 millones de euros– trata de mantener vivo el diálogo. La decisión llegó después de un fin de semana de reuniones de urgencia en Bruselas, tras el anuncio sorpresa de Trump el sábado. La Casa Blanca confirmó que el incremento arancelario se hará efectivo en agosto si no hay acuerdo, y que cualquier respuesta europea sería replicada con nuevas subidas, elevando la penalización al 60%. En la práctica, un escenario de guerra comercial total.
Bruselas ha optado por una estrategia de dos vías: mantener abierta la negociación mientras se preparan medidas contundentes por si fracasa el diálogo. Von der Leyen…

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