AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 75

Manifestantes frente a la sede del Likud, pidiendo a Netanyahu el fin de la guerra en Gaza y un acuerdo para la liberación de los rehenes. Tel Aviv, 28 de mayo de 2025./eyal warshavsky/sopa images/lightrocket via getty images

¿El callejón sin salida de Israel?

Tres factores –miedo, mesianismo, militarismo– atraviesan la estructura social israelí y han llevado al país a una crisis inédita. La única salida posible a este caos es la presión internacional.
Meir Margalit
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Describir la sociedad israelí o, mejor dicho, el componente judío de la sociedad israelí, es un desafío que un sociólogo serio preferiría no abordar por diversos motivos. Ante todo, debido a que Israel no constituye un conglomerado humano homogéneo que permite hablar de “la sociedad” como si fuera una masa uniforme. Las diferencias entre sus distintos componentes, todos ellos explosivos –de procedencia oriental u occidental, de corte religioso, ortodoxo o laico, de línea liberal o conservadora, sin entrar en subdivisiones internas, y sin incluir la comunidad árabe, que requiere un ensayo por separado–, evidencia que, en sus 77 años de independencia, Israel no ha logrado consolidar un tejido social homogéneo que justifique hablar de una sociedad orgánica. Segundo, porque, a partir del feroz ataque del 7 de octubre de 2023, Israel está atravesando un cambio sustancial, cuyos contornos todavía no podemos precisar. Una nota periodística publicada el 30 de abril, en ocasión de la conmemoración de la independencia israelí, afirma que hoy más que nunca es imposible definir a la sociedad israelí dado que el gobierno está abocado a destruir sistemáticamente sus bases. De modo que todo lo que pueda escribir al respecto, es endeble y transitorio.

Israel es una sociedad opulenta, hija pródiga del capitalismo moderno, enérgica, efervescente, por no decir hiperactiva, que ha logrado importantes logros en el campo de la tecnología, la agricultura, la energía solar, la medicina, por nombrar tan solo algunos. Para aquellos que se asombren de que entre sus virtudes no haya mencionado el ser “la única democracia en Oriente Medio”, quiero dejar claro que Israel está lejos de merecerse semejante calificativo. En el mejor de los casos se merece el título de etnocracia, o sea democracia solo para un grupo étnico privilegiado y no para aquellos que no pertenecen a la comunidad judía….

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