Las previsiones de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) son muy preocupantes. Tras la caída de 2024 en un 9% –la primera en décadas– se espera una reducción del 17,4% en 2025 y de otro 11% en 2026. El principal causante es Estados Unidos, que reducirá su AOD casi en un 64% en los próximos dos años. Es especialmente grave porque representa casi el 30% del total de la ayuda. Le van a seguir once países, algunos importantes donantes como el Reino Unido, con un 33% menos en 2026, Austria y Bélgica con un 24%, Finlandia con un 21%, Canadá con un 18%, Francia con un 16%, Alemania con un 12,5%, la Unión Europea con un 3% de reducción.
La OCDE prevé que en 2027 el volumen de AOD retroceda al nivel de 2020. Los Países Menos Adelantados, los más dependientes de este flujo de financiación internacional porque apenas cuentan con inversiones extranjeras o remesas, serán los más afectados, con reducciones estimadas de entre un 13% y un 25%. En el caso de África Subsahariana, se proyectan descensos de entre un 16% y un 28%. Se estima que la AOD bilateral destinada a la salud disminuya en 2025 entre un 19% y un 33 % respecto a los niveles de 2023.
El recorte contrasta con la evidencia de que, por ejemplo, la Iniciativa Presidencial contra la Malaria (PMI) creada por un presidente republicano de una era diferente, George W. Bush, ha liderado durante dos décadas la lucha mundial para reducir las muertes por malaria salvando aproximadamente 11,7 millones de vidas y previniendo 2.100 millones de casos. El Plan de Emergencia para el Alivio del SIDA (PEPFAR), también iniciado por el presidente Bush hijo, se atribuye haber salvado más de 25 millones de vidas y haber prevenido millones de infecciones por…

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