Una baja renta per cápita, un mercado interno de pequeña escala y la ausencia de un proceso de integración regional Sur-Sur frenan la llegada de inversión extranjera directa a los países del Mediterráneo Sur. La ampliación de la UE al centro y el este de Europa ha repercutido también en unos flujos de capitales limitados a otros vecinos geográficos. Detener la inmigración masiva requiere iniciativas a largo plazo para generar riqueza y oportunidades de desarrollo en los países emisores.
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Problemas ‘tous azimut’
De la construcción a la consolidación de los sistemas educativos en el Magreb
#ISPE: El Asad, el hijo pródigo retorna