Tras décadas de recelo ante cualquier relación comercial y política, hoy los portugueses tienen en España a su principal socio económico. Ambos países, que en el pasado mantuvieron unas relaciones bilaterales atípicas entre vecinos, presentan un grado de integración avanzada de sus economías y comparten la apuesta por América Latina como área de actuación privilegiada para sus empresas.
> NÚMERO 10


Cuando lo marginal salta a primera fila
Cambio climático y desnutrición: los retos del sector agrícola
Minorías y construcción del Estado
El problema de la deuda exterior latinoamericana
Después de la escapada
La estrategia de aceleración en el desarrollo socioeconómico de la Unión Soviética