Registrado en las Islas Marshall, el carguero figuraba desde 2022 en la lista negra del departamento del Tesoro de petroleros de las ‘flotas fantasmas’ rusa, iraní y venezolana. Estos suelen navegar sin seguros y con los transpondedores apagados para evitar su detección y cambian de nombre en cada viaje para ocultar la identidad de sus propietarios.

El Skkiper estaba acusado de transportar crudo iraní con el que Teherán financia al libanés Hezbolá. “Robo y piratería flagrantes”, denunciaron Caracas y La Habana, que más que la pérdida de los barriles incautados temen que las primas de riesgo se hagan prohibitivas incluso para los ya escasos traders aún dispuestos a hacer negocios con PDVSA y Cupet, sus petroleras estatales.

Según el economista cubano Pavel Vidal, la interrupción de los envíos de petróleo venezolano podría dejar sin luz a la isla y propiciar  una caída del 7,7% del  PIB. A Moscú, Pekín y Teherán les preocupa que, al pasar de las sanciones financieras a la interdicción física, las intervenciones militares de EEUU en aguas internacionales contra barcos mercantes pongan en peligro sus cadenas de suministro energético.

Las amenazas contra el comercio marítimo, por el que se realiza el 80%-90% del comercio global de mercancías, no dejan de aumentar. En el mar Negro, drones ucranianos han hundido petroleros que llevaban crudo ruso a puertos turcos. Según el Centre for Research and Energy, en verano Rusia exportaba el 64% de su petróleo en barcos fantasma, frente al 84% de enero y el 13% en 2021. Las exportaciones de petróleo suman el 30% del total y financian entre el 30%-50% del presupuesto del gobierno ruso.Las sanciones han comenzado a hacer mella en su blindaje comercial. Después de que Washington sancionara a 211 petroleros, entre enero y julio solo el 11% de ellos siguieron…