La estrategia del llamado “Día de la liberación” de Donald Trump es contradictoria: quiere usar los aranceles para forzar a las multinacionales a trasladar sus plantas a EEUU mientras cierra y ataca a instituciones y profesiones que hicieron posible el predominio industrial estadounidense.
Huawei acaba de inaugurar en Shanghái su Lianqiu Lake R & D, un gigantesco centro de I+D que alberga laboratorios diseñados para albergar a 35.000 desarrolladores y expertos, chinos y extranjeros, en ciberseguridad, computación cuántica, baterías de alta densidad, nanoelectrónica y otras tecnologías de vanguardia. EEUU va en sentido contrario.
A los despidos intempestivos de miles de funcionarios e investigadores de la administración y las agencias federales, se han sumado los recortes y congelaciones de subvenciones a Columbia, Harvard, Princeton y otras universidades de élite cuyos académicos suelen ganar en cualquier año más premios Nobel que muchos países en décadas.
La Universidad de Johns Hopkins va a…

Un texto inédito de Fernando Claudín