La bancarización es un factor clave para reducir la informalidad, que en México alcanza al 55% de la población activa y al 70% en el Perú. De ahí que muchos economistas califiquen a Pix –un medio de pago digital gratuito que el 80% de los brasileños usa a diario– como el “dinero del futuro” al permitir sustituir el efectivo por pagos digitales que generan registros y se pueden rastrear, produciendo datos muy útiles para instituciones financieras privadas y públicas.
La competencia que suponen esos medios de pago para Visa, MasterCard o American Express, sin embargo, está creando tensiones con Washington, que ve en ellos un paso más hacia la desdolarización de sus economías. EEUU, que en 2024 tuvo un déficit comercial de 904.000 millones de dólares –el doble que en 2016– acusa a Pix de competencia desleal por exigir su uso a todos los bancos del país, y por proteger los datos que recoge de sus transacciones.
El Banco Central de Brasil lanzó el Pix en 2020 tras estudiar los métodos de pago digitales de India y China. Hoy unos 175 millones de brasileños lo usan en casi la mitad de las transacciones financieras que se realizan. A diferencia de PayPal o Zelle –un sistema de pagos digitales creado por un consorcio de bancos estadounidenses– Pix es gratuito para personas físicas y pymes, que pueden usarlo con una cuenta bancaria asociada a un número de teléfono con un código QR.
Pix es, en ese sentido, una apuesta pionera en una región donde el dólar y sus instrumentos de pago asociados eran prácticamente imbatibles, lo que explica que Donald Trump haya amenazado a los BRICS+ con aumentarles los aranceles si intentan crear monedas que rivalicen con el dólar.
En un artículo en el New York Times, Luis Inázio Lula da…
