El nuevo gobierno del liberal Mark Carney debuta con un bombazo fiscal. El periódico canadiense The Globe and Mail publicó la semana pasada el contenido de una carta remitida por el primer ministro a su equipo para buscar ahorros hasta debajo de las piedras.
En concreto, Carney solicita un recorte de los programas de gasto del 7,5% para el ejercicio fiscal que comienza el 1 de abril de 2026. En el año 2027 el ahorro tiene que alcanzar el 10% y, finalmente, el 15% en 2028. La magnitud del ajuste es muy significativa, pero se limitará a los programas del gobierno federal. Esto es, no deben afectar a la financiación de los territorios y tampoco las transferencias sociales, como pueden ser las pensiones de jubilación o de desempleo.
Los ministros tienen por delante todo el verano para analizar los componentes del gasto de sus carteras y proponer los ahorros. El objetivo, como siempre en estos casos, es eliminar gasto superfluo que no afecte a la calidad del servicio. En primer lugar, se busca eliminar duplicidades del gobierno federal con los niveles inferiores. Por otro, se pretende prescindir de programas que no cumplan con el objetivo para el que fueron creados o que, sencillamente, ya no se consideren necesarios.
Carney tiene que encontrar ahorros para financiar su aumento del gasto en defensa. En la cumbre de líderes en la OTAN celebrada en La Haya, anunció que Canadá llegará al 5% del PIB, lo que supone una inversión adicional de 150.000 millones de dólares canadienses cada año. Es un objetivo mucho más ambicioso del que Carney tenía cuando se presentó a las elecciones para sustituir a Justin Trudeau.
La exigencia de alcanzar el 5% del gasto en defensa les ha venido sobrevenida a todos los países de la OTAN. Hasta hace…

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