El colapso financiero de Northvolt se produjo pese a que recibió 15.000 millones de euros en fondos comunitarios, créditos e inversiones de titanes de Wall Street como Goldman Sachs y BlackRock y a que tenía una lista pedidos por valor de 50.000 millones de dólares.
En 2023, Northvolt (20% de propiedad de VW y 20% de Goldman Sachs) perdió 1.200 millones de dólares, cuatro veces más que en 2022. Su caso es una inequívoca señal de advertencia sobre los riesgos de las políticas industriales financiadas con dinero público para promover a “campeones nacionales” en sectores tecnológicos en rápida evolución y en los que China y Corea del Sur han adquirido una ventaja que parece ya insalvable.
Mientras que en los primeros 10 meses las ventas de VE en la UE cayeron un 5% y en Alemania un 27%, en China la mitad de los autos que se venden ya son eléctricos. CATL y BYD y las surcoreanas LG Energy, Samsung SDI y K On controlan el 70% del mercado mundial de baterías ión-litio. De hecho, la mayor parte de los 30 proyectos de gigafactorías en la UE se han diseñado y construido con su ayuda y la asesoría técnica de sus ingenieros.
La fabricación de baterías exige un proceso caro y complejo por las condiciones de asepsia y automatización que requieren sus plantas. La de LGSE en Polonia es la mayor de la UE, con el 50% de la capacidad instalada europea, seguida de la también coreana SK Innovation en Hungría y la de CATL en Alemania.
En enero, sin embargo, Northvolt recibió 5.000 millones de dólares en nuevos créditos de un consorcio bancario pese a que su deuda rondaba los 5.840 millones tras invertir en 2023 unos 300 millones al mes en I+D, laboratorios y planes para multiplicar su…

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