Donald Trump se aseguró una “acción de oro” para el gobierno federal en US Steel a cambio de autorizar su compra por Nippon Steel, que pagó por la compañía siderúrgica 14.900 millones de dólares. En compensación por los 11.100 millones que recibirá en diversas ayudas públicas, el gobierno se hará con el 10% de Intel, hoy en horas bajas por la competencia taiwanesa y china. Y la lista sigue.

En julio, el Pentágono adquirió por 400 millones de dólares acciones preferentes de MP Materials, propietaria de la única mina de tierras raras activa del país. Para obtener licencias de exportación, Nvidia y AMD deberán pagar al Tesoro el 15% de sus ventas a China de ciertos chips avanzados.

Según el secretario de Comercio, Howard Lutnick, debido a que el 97% de los ingresos de Lockheed Martin provienen de sus contratos con el Pentágono, la compañía de Maryland es, en realidad, un brazo del gobierno. A partir del 1 de octubre, los medicamentos importados deben pagar aranceles del 100% si sus fabricantes no se comprometen a producirlos en EEUU.

Sami Karaca sostiene en The Conversation que todas esas medidas revelan que Trump está alejándose del legado de Ronald Reagan para adoptar un capitalismo de Estado no muy distinto al de su némesis, la República Popular China. Pekín subsidia y protege de la competencia extranjera a sus astilleros y tecnológicas, entre otros sectores que forman parte de la agenda Made in China 2025.

En su cuenta de X, el senador Rand Paul, plantea que, si el socialismo consiste en la propiedad estatal de los medios de producción, la adquisición del 10% de Intel es un paso hacia el socialismo. “Una idea terrible”, señala.    

La plataforma TrumpRx no venderá ni distribuirá los medicamentos, sino que permitirá a…