La jornada refleja el optimismo que todavía conservan los inversores a pesar de la cantidad de interrogantes económicos que se ciernen sobre el horizonte y dela guerra arancelaria iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que provocó el batacazo de las bolsas en primavera

La guerra comercial no ha terminado, pero los mercados ya han pasado página. Eso no significa que los aranceles no hayan afectado gravemente al conjunto de la economía global – en un universo paralelo sin guerra comercial, lo más probable es que las bolsas cotizaranmucho más altas-. Pero lo que es indudable es que hay dinero y ganas de invertirlo en renta variable.

Desde el inicio del año, el S&P 500 acumula una revalorización superior al 10% y el Nasdaq gana ya un 12%. En Europa las subidas son muy superiores, ya que han sido el refugio ante la incertidumbre de la Administración Trump. El DAX alemán gana cerca de un 20% en el año y el IBEX español gana un 30%. También las bolsas asiáticas acumulan importantes subidas, cercanas al 30% en Hong Kong y Corea.

Las subidas permanentes de las bolsas siguen animando a los inversores, que ven cómo sus temores quedan eclipsados por el creciente brillo de las ganancias de los mercados. Sin embargo, como dice la máxima de los expertos, las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Es difícil que las subidas de los últimos cuatro meses se repitan en la recta final del año, sin embargo, todavía impera el optimismo. Los expertos creen que los próximos meses serán positivos para la renta variable, a pesar de todas las dificultades.

Hay tres elementos que explican el cambio de tono de los mercados en comparación con las caídas de abril y mayo. El primero, y más evidente, es que la…