INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1425

La ‘doctrina Trump’ y el sistema nuclear tripolar

Desde 1945, Washington ha intentado por diversos medios – diplomáticos, económicos y, militares…– evitar, con relativo éxito, la proliferación de las armas nucleares. El caso iraní ha subrayado los peligros de un efecto dominó, pero Estados Unidos, Rusia y China pretenden seguir concentrando el poder nuclear en sus manos.

Hoy, además de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, solo hay otras cuatro potencias atómicas –Israel, India, Pakistán y Corea del Norte– pese a que varios países, entre ellos Japón, Alemania, Turquía y Corea del Sur, tienen las tecnologías necesarias para sumarse a ellos.

Si no lo han hecho hasta ahora es por las restricciones que impone el Tratado de No Proliferación (TNP) de 1968, que han firmado casi todos los países del mundo, incluido Irán, y el precio –político y económico– de violar sus términos.

Cada nuevo arsenal nuclear multiplica los riesgos de uso accidental o deliberado y de robos de material fisible. Según el general Dan Caine, nuevo jefe del Estado Mayor del ejército de EEUU, la proliferación, incluso entre países aliados, limita su capacidad de controlarlos y evitar una escalada.

Con el bombardeo de las plantas nucleares iraníes, Donald Trump ha introducido su propia doctrina de contra proliferación: usar un ataque preventivo para eliminar un programa nuclear ilegal. El mensaje de la operación Midnight Hammer, que implicó a más de 125 aviones de combate, entre ellos los bombarderos B-2 y submarinos que lanzaron 30 misiles Tomahawk, quedó claro.

A partir de ahora, quien quiera sacar uno adelante, podría enfrentarse a una respuesta militar del Pentágono. Según escribe John Bolton en el New York Times, aunque terminaron prematuramente, la manu militari de Trump y Netanyahu podría haber logrado lo que décadas de “ilusión, ingenuidad, diplomacia y sanciones” no pudieron.

En los años ochenta, cuando comenzaba a hacerse famoso, Trump le pidió a Ronald Reagan que le encargara las negociaciones de desarme con Moscú. Según escribe Sina Toosi en Foreign Policy, al optar por la vía militar en Irán, la Casa Blanca ha abierto la caja de Pandora, más o menos…

PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO